martes, 19 de junio de 2012
16.Control de la privacidad y protección de datos.
La privacidad (en el ámbito telecomunicativo y de Internet) es el derecho a mantener los datos personales de los usuarios en secreto y saber quienes pueden acceder a ellos.
Algunas personas piensan que pueden navegar como si fueran un usuario anónimo y esto no es así, pues los proveedores de acceso o las autoridades pueden rastrear y averiguar las páginas que hemos visitado. Por todo ello es recomendable que no difundamos por Internet nuestros datos personales.
Existen diversas asociaciones que reclaman un mayor control para la protección de datos. Este asunto abre las puertas al debate entre el derecho a la intimidad y los límites entre lo privado y lo público.
En muchas de las páginas web de ámbito corporativo, se nos piden nuestros datos personales a través de un formulario, pero en ellas podemos encontrar un apartado que con el título: “Condiciones legales” en el que podemos averiguar el fin que van a tener los datos que vamos a enviar.
4.1 Navegación por Internet.
Uno de los elementos enemigos para nuestra privacidad es la existencia de cookies. Las cookies se almacenan en nuestro ordenador, cuando visitamos páginas web y guardan información que será utilizada si después visitamos esa misma página web. Estos datos pueden ser nuestro nombre de usuario o contraseña para que posteriormente no tengamos que volver a introducirlos.
Pero estas cookies también pueden ser utilizadas de forma maliciosa. Una agencia de publicidad, por ejemplo, puede instalar cookies en nuestro ordenador para conocer las páginas web que visitamos y posteriormente enviarnos publicidad personalizada.
Podemos eliminar las cookies de nuestro navegador, pero ello supondría que muchas páginas web no funcionaran correctamente por lo que es mejor eliminarlas cada cierto tiempo.
4.2 Banca electrónica.
En cuanto a la banca electrónica los mecanismos principales para proteger nuestros datos son el cifrado de datos y el uso de más de una clave de seguridad para poder acceder a nuestra cuenta.
El protocolo para navegar por Internet es HTTP, por el cual se envía los datos en forma de texto. Esto no es demasiado seguro pues la información puede ser leída por cualquier ordenador intermedio y utilizarse con fines lucrativos. Por ello no es adecuado el uso del protocolo HTTP para realizar una consulta bancaria.
Para evitar esto hay un protocolo, el HTTPS o HTTP seguro que puede codificar la información enviada a través de funciones matemáticas complejas.
Es recomendable que al entrar en la web de nuestro banco miremos si la barra de direcciones tiene el protocolo HTTPS.
4.3 Problemas de seguridad y privacidad.
Los programas espía o spyware recaban información sobre el usuario sin su consentimiento. De esta forma, personas desconocidas pueden conseguir nuestra contraseña de correo electrónico o nuestros datos bancarios. Algunos de los síntomas que puede presentar nuestro ordenador si está infectado son: ralentización de la navegación, cambio en la página de inicio y problemas para acceder al correo. Para eliminarlos podemos usar programas antispywere.
Otro de las fraudes que se producen en Internet es el phising. Este método consiste en adquirir información del usuario fraudulentamente. Con tal fin, el phiser o estafador se hace pasar por una persona o por una entidad conocida y nos solicita algunos datos.
Debemos hacer caso omiso de estos tipos de correo. Y siempre debemos comprobar que en la barra de direcciones se encuentre escrito el protocolo seguro o HTTPS.
Los hackers aparecieron en los años 60, en el Instituto de Tecnología de Massachussets y no realizaban actividades fraudulentas sino que cambiaban los programas para mejorarlos. Por esto, son muchas las voces de la comunidad informática que piden que los que actúen con fines fraudulentos se denominen crackers y no hackers ya que estos últimos utilizan sus conocimientos para mejorar los programas y la seguridad en la red.
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